"Caminó errante el caminante,
ante una calle interrogante;
y el caminante miraba
sin contestar nada a la calle inanimada.
Caminó errante el caminante,
sin pedir consuelo reconfortante,
ante las calles que yacen incompletas,
con olvido sabor a tinieblas.
Y continuó sin previo aviso,
rogando por vuestros derechos,
más, el gobierno olvido sus pedidos
y lo dejo errante, entre desechos.
ante una calle interrogante;
y el caminante miraba
sin contestar nada a la calle inanimada.
Caminó errante el caminante,
sin pedir consuelo reconfortante,
ante las calles que yacen incompletas,
con olvido sabor a tinieblas.
Y continuó sin previo aviso,
rogando por vuestros derechos,
más, el gobierno olvido sus pedidos
y lo dejo errante, entre desechos.
Siguió, caminando
recorriendo plazoletas y madrigueras,
observando como en la oscuridad
la gente sonríe entre sus miserias.
Acertando que de ese modo se vive conforme,
dejando al gobierno seguir con su informe
de ayudar a crear un país en disfunción;
mientras, el pueblo vive disfrazado,
y sollozando curan sus heridas sin algodón.
Ante aquel sonido del rondador,
desciende un terrible malestar;
que cala la ironía,
ante los ojos del caminante con su manía.
recorriendo plazoletas y madrigueras,
observando como en la oscuridad
la gente sonríe entre sus miserias.
Acertando que de ese modo se vive conforme,
dejando al gobierno seguir con su informe
de ayudar a crear un país en disfunción;
mientras, el pueblo vive disfrazado,
y sollozando curan sus heridas sin algodón.
Ante aquel sonido del rondador,
desciende un terrible malestar;
que cala la ironía,
ante los ojos del caminante con su manía.
Y lamentan sobre el hecho de vivir infelices;
contagiándose de la corrupción,
y dando como prioridad,
el estar orgulloso ante esta falsedad.
Junto a la eterna he irrevocable desdicha,
se esconde en la injusta y necesaria democracia,
de pedir libertad ante un mundo que no descansa,
y continúan abatidos
al no mostrar la hermosura de la emancipación
que cabe entre sus paisajes de un Ecuador presente y feliz.
Y el caminante comprendió
que entre promesas el mundo se hundió;
y es mejor dejar a la demagogia
como facilitadora de una esperanza por ‘un mundo mejor’”.
que entre promesas el mundo se hundió;
y es mejor dejar a la demagogia
como facilitadora de una esperanza por ‘un mundo mejor’”.
María José López Muñoz
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