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Magic Life..

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Majito Ló

jueves, 28 de agosto de 2014

Un mes.


"No hay día que no llore su nombre, amor mío;
ni razón que me calme.
No hay paz donde halle consuelo, abuelito;
ni brazos que no lo extrañen.

Porque si lo extraño, porque me hace falta, 
porque no entiendo a la vida que quita y regala melancolía.
Porque siento que soy tan pequeña para entender las grandes treguas 
de la vida con la muerte.
Porque se que está ahí, 
cerca mío o dónde aclamen su nombre, amor mío.

Pero no verlo es un suplicio, 
es un dolor forte que acongoja y desarma.
Y mi única calma,
es saber que ahora está bien con su amor, su otra alma.
Y es sólo ahí, donde mi dolor encoraja." María José López Muñoz.

Septiembre 05, 2014.

Hasta pronto.


Después de bebernos el trago amargo de un adiós físico. 
Con todo el corazón le decimos adiós a un gran padre, acompañante, un amor, sobre todo a un abuelito, mi abuelito Juan Antonio Muñoz Armijos.  
Fueron noventa y nueve años de sabiduría, de errores y de arreglos, de juegos y de aciertos; de luchas, de fracasos y de éxitos.  
Describirlo sería ilógico, porque todos podíamos notar sus ojos, cuyo café se tornaban titilantes al nombrar a su amor, Elvita. 
Pero ya están juntos de nuevo y de la mano.  
Y como no notar su carácter y temperamento, dignos de un Muñoz.  
Al igual que sus manos, armas de trabajo duro,
imparable e incansable, eran armas de amor, de calor y de lucha.  
Y su sonrisa, oh su sonrisa. Esa sonrisa que era pura, infinita y consentida... 

 Hoy abuelito mío, le decimos adiós, y que el sentirnos orgullosos de ser parte de usted llegue hacia donde se encuentre.  
Con un beso al aire y un lo amamos de manera sincera, sean los indicativos para sobrellevar su partida.  
 Y como dijo un gran maestro Shuar, "las almas ya sabias por el tiempo, no perecen; sólo se jubilan de esta vida terrenal para en lo alto o en aquel lugar, puedan vigilar los pasos de nosotros, los mortales." 
Y con su amor pedir perdón o perdonarlo ante cualquier error, 
y que se convierta en nuestra fuente para unir a esta familia disgregada por el tiempo y la vida; 
en especial, convertirse en nuestro protector, en nuestro ángel y nuestra luz. 

Gracias por todo abuelito, por todo lo bueno, lo malo, gracias por lo real, por las historias contadas e inventadas, gracias por los consejos y las palabras sabias. 
Gracias por sus quejas, sus risas, sus enojos, sus bromas y su corazón único, brillante e infinito y hasta pronto Juanito, hasta pronto amor mío.



De su nieta María José López Muñoz.
Agosto 5, 2014

lunes, 31 de marzo de 2014

Te Quiero.

"Yo te quiero,
¡Ay amor!,
Yo te quiero como el agua a la corriente,
como el fuego al aire y sucesivamente.
Yo te quiero, amor.

Yo te quiero.
Como las alas baten tu cuerpo,
como la sangre late por dentro.
¡Ay amor!,
pero como te quiero.

Yo te quiero.
Como el mundo busca una solución,
yo te busco, corazón.
¡Ay amor!
Necesito aplacar el destello de tu sonrisa en mi interior;
o el anhelo por tu salada piel acostumbrada a veces,
por tus noches de insomnio,
a llorar en él.
¡Ay amor!
Te quiero.

Y si fuera poco el querer,
yo te quiero.
Como la locura que en las noches se escapa por tu mirada.
Como el sol que calienta vuestra cama, mientras llama suavemente a tu ventana y te pide compasión.
Como sí de mí dependiera el quererte y ruego firmemente no enloquecer por amor.
Sólo resumir en un suspiro cuando veo tus ojos marrón y decir entre un susurro...
¡Ay amor cuanto te quiero!"

María José López Muñoz