I
Totalmente
azorada a lo que iba a llegar... De repente se abrió el umbral del altar y sus vistas se
alcanzaron, los latidos, aceleraron y todos los sentidos rebosaron. Ella corrió
con una sonrisa que abarca hasta el mismo sol y al momento de estar frente a
frente, sentía que todo se arregló. Tocaron sus memorial al momento de sus labios
hacer contacto y de esa manera sintió salvación.
II
Ella cual nombre la ha ubicado a un sendero del
firmamento, nombro las quimeras internas y para sentir su calor, tomó su mano,
pedazo de cielo. Sus dedos cruzaron sintiendo aquel anillo representante del infinito, amor digno y cómo cosas del “destino” fijaron bien su
camino…
Llegaron a un lugar, lejos de la ciudad, que sería su
hogar. Las luces se encendieron al son de aquel siniestro y “perfecto” amor; y
de esa manera entraron en EROS, el Dios del deseo y la pasión.
III
Cómo no percatarse cuan perfectas pisadas al son de las
llamas, al son de la canción. Cómo no percatarse que dentro de su interior él
consumía su vitalidad y ella, su alma, ese pedazo de realidad. Y cómo si fuera
el mismo instinto el ingresó en su poder, fijando ritmo, fijando momentos,
fijando épocas que con movimientos lentos, inducían al júbilo.
Eran todos los sentidos, cuando la razón se desvaneció; y
ella, gimió… mientras el sudor rondaba entre sus cuerpos, expuestos al clímax,
expuestos a descubrir los secretos y él buscó hasta encontrar que eran,
complemento. Ella abrió sus ojos al compás de los suyos y al observar en
aquella diminuta puerta pura, desaparecieron; pues sus almas que han sido
descubiertas por el tiempo han encontrado consuelo.
IV
Una pausa entera y llenadora después del último suspiro,
fue el indicativo que juntos sonrieron, riendo y felices llegando a calmar sus
miserias… Es en ese momento cuando monótonos tristes recuerdos, desaparecieron.
Y él entendió que ella es su esclava, pero a su vez, su única dueña; y ella
entendió que la historia, de nuevo comenzó con la palabra eternidad escrita en
tinta escarlata en las espaldas de él, su único e inalienable amor.